El padre de Falstaff
Luis Gregorich
Verdi, claro. Pero también Purcell, Blow, Berlioz, Tchaikovsky, Elgar, Walton, Prokofiev, y hasta Leonard Bernstein. Los dramas y comedias de William Shakespeare se erigen, en el panorama de la música de tradición escrita, como una inagotable fuente de inspiración.
Publicado en
Clásica — Buenos Aires: Clásica, 1989 — Año 14, no. 155 [2001], p. 24-26